Hay momentos en los que, como todos, necesito expresar a través de una frase, un párrafo, una palabra, ... un sentimiento que me invade. Procuré este espacio para incluir estos pensamientos.
Como siempre, los aportes, frases y sentimientos similares, son bienvenidos y serán publicados sin censura.
Editar requiere de procesos de humildad y de tolerancia para entender que no todos tienen la misma capacidad para manejar el idioma con fluidez, como sí la tiene un editor experimentado.
No acepto que le llamen a los accidentes geográficos hechos, pero menos que se use ahora en los de tránsito. ¿Cómo vamos a decir hubo un hecho de tránsito? Insoportable.
¡Estoy listo y lista para divertirme! Es el colmo del mal uso del lenguaje "inclusivo". Qué horror, esos y esas están locos y locas.
¡Qué sandeces tienen que leer los niños en los libros de texto! ¿Por qué se dicen autores estos rellenadores de páginas?
Ayer entendí, me dijo una amiga que edita textos de Ciencias Naturales, que vos y yo no somos mujeres... Me sorprendí, pero seguí leyendo... Lee este párrafo del libro 6 de Ciencias: "Los hombres piensan en sexo cada 52 segundos, mientras que las mujeres piensan en el sexo solo una vez al día"... Viste, vos y yo no somos mujeres según el contenido de este párrafo. Sonreí y pensé, a la gran, qué incoherencias las que nos toca leer a los editores, yo que pensé que los autores de Ciencias Sociales escribían más inconsistencias.Me faltan las palabras cuando escribo lo contrario a lo que siento.No es el mejor editor el que tiene las mejores oportunidades, mucho menos el mejor pagado... moraleja: aprenda algunos tips de ventas y modele su perfil profesional para el mercado laboral... (impregnado de sarcasmo).No obstante, estaba frente a un programa generador de una de las revoluciones editoriales más grandes del siglo XXI: Acrobat, un programa con herramientas de edición que marcaron la transición de las ediciones en papel hacia las ediciones digitales.Puesto de moda el término "free lancer", todos los editores o correctores contratados bajo ese régimen, estamos destinados a ser esclavos de los tiempos risibles de las editoriales o pseudoeditoriales.Y no hay manera de no desvelarse: ¡TODO URGE!Yo creo que no son en sí las palabras como la mala utilización que se hace de ellas. La verdad es que al corrector o correctora le toca una tarea titánica: hacer legible lo ilegible, y adquirir un dolor de cabeza intenso después de cada faena.