No encuentro aún fronteras entre la corrección y la edición. ¿Será porque me ha tocado hacer de todo que se desdibujan los límites entre uno y otro quehacer? Corregir es hacer legible un texto para todo el mundo o para un sector determinado por los intereses, la edad y los propósitos. Pero cuando se trata de un texto que necesita un tratamiento minucioso, corregir es un concepto que se queda corto. Me parece que el de edición es un término más amplio porque engloba varios quehaceres que parecen diferentes, pero que en realidad no lo son. He aprendido mucho desde que me inicié en el mundo de las comunicaciones y el tratamiento del idioma español en textos, libros, manuales o en cualquier comunicación escrita que necesite trabajo de edición. A veces creo que veo más palabras mal escritas, oraciones mal construidas, signos de puntuación incorrectamente aplicados, trozos de textos que vienen completamente plagiados, etcétera, de lo que las personas notan. Es entonces cuando me
No he dejado la edición ni olvidado este blog , pero a veces falta el tiempo y las ganas de escribir sobre las peripecias que vivo desde que me dediqué al mundo de la edición. Y es que los editores tenemos que lidiar con los males propios de estos tiempos, ya que se ha producido una involución en los procesos editoriales, que ha originado un regreso a un pasado que creí superado en la edición. Ahora cualquiera se involucra en el proceso, sin tener conocimientos sólidos en edición; solo la base de cómo “maquilar” los libros para cumplir con tiempos irrisorios. Y no es que yo piense que "cualquier tiempo pasado fue mejor". Lo fue. No hay peor experiencia para un editor que tener a alguien tras de sí, que no tenga ni la más remota idea de qué es editar con propiedad y conocimientos amplios sobre el tema. Ahora siguen fórmulas al estilo " check list ", utilizando herramientas con las cuales se creen aptos para irrumpir en el mundo de la edición y hablar