Cuando editar se convierte en un hábito, en una práctica de vida, es difícil acostumbrarse a escuchar a las personas, sin hacer actos continuos de edición. Uno de los errores más comunes que escucho con frecuencia, es la mala utilización de la conjunción “que” precedida de la preposición “de”.
Si bien es cierto se abusa de su uso y se cae en un vicio recurrente llamado “dequeísmo”, también se incurre en la omisión de la preposición de manera indiscriminada (queísmo). En el habla cotidiana, por el contrario, se hace constantemente un uso incorrecto de esta preposición. A cuántos de nuestros conocidos hemos escuchado decir:
- Fijate de que íbamos para allá, pero preferimos llamarte.
- Pienso de que sería mejor no irnos tan temprano.
- Me dijeron de que llegarían mañana.
- Temo de que mañana me reprueben.
- He oído de que vendrás mañana.
- Mi intención era de que estuviéramos juntos.
La preposición “de” + la conjunción “que”, no deben utilizarse en los siguientes casos:
- Verbos que indiquen actos de habla: afirmar, sostener, opinar, decir, negar, asegurar, etcétera.
- Mandatos o prohibiciones: aconsejar, impedir, negar, mandar, ordenar, etcétera.
- Estados de ánimo o emociones: desear, sospechar, lamentar, temer, sentir, etcétera.
- Percepciones: percibir, percatar, intuir, comprender, oír, etcétera.
- Verbos que indiquen actos de pensamiento: pensar, creer, concluir, diferenciar, considerar, deducir, etcétera.
Por temor a caer en este vicio, muchos editores han generalizado la omisión de la preposición “de” cuando esta acompaña a la conjunción “que”. Esto debido, principalmente, a una mala interpretación del dequeísmo. Es importante diferenciar algunos casos en los que el “de” + el “que” son imprescindibles, por ejemplo:
Verbos pronominales como acordarse de que, alegrarse, olvidarse, preocuparse, etcétera.
Me preocupo de que tengan lo suficiente para supervivir.
Me percaté de que hoy es el examen.
Iré en el entendido de que me retiraré temprano.
Lo convencí de que debería ser más constante en su trabajo.
Tenía ganas de que probaras mi platillo, pero no viniste.
Estoy segura de que así, será imposible su regreso.
Ardo en deseos de que vengas para ver las películas.
Estoy convencida de que el éxito será rotundo.
Me preocupo de que mañana debo entregar esas páginas.
Estoy seguro de que esa norma no se cumple.
Lo convencí de que leyera el libro.
Trató de que no me diera cuenta, pero no pudo.
Me di cuenta de que será un músico excelente.
No cabe duda de que hoy fue un día especial.
Caí en la cuenta de que no somos nada.
A pesar de que, a fin de que, hasta el punto de que, y en caso de que.
Dudas adicionales, consultar Panhispánico de dudas de la Real Academia Española, para “dequeísmo”: páginas 214-215; para “queísmo”: páginas 548-549.
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